«Rendirse en la postura» es más que simplemente mantener una posición física en el yoga; es un concepto que abarca la conexión profunda entre cuerpo, mente y espíritu. Desglosando las características esenciales de una postura de yoga, encontramos dos aspectos fundamentales: Sthira y Sukha.
Sthira, que se traduce como firmeza, representa la habilidad de permanecer estable en un asana. Esta firmeza no se refiere a la rigidez muscular, sino a una estabilidad que surge cuando los músculos están activados de manera uniforme, sin tensión excesiva. Es cuando la respiración se vuelve rítmica y la mente se encuentra paciente y vigilante.
Por otro lado, Sukha, que significa «buen espacio», representa la comodidad que surge cuando las articulaciones y los huesos se alinean armoniosamente. Es una sensación de ligereza y facilidad en la postura.
La clave para comprender la profundidad de «rendirse en la postura» radica en entender que Sthira y Sukha trabajan juntas para formar un estado duradero de equilibrio en todos los niveles del ser. Es permitir que la firmeza y la comodidad coexistan, encontrando el equilibrio entre el esfuerzo y la relajación, la estabilidad y la fluidez.
Al rendirnos en la postura, no solo nos sumergimos en la dimensión física, sino que también nos abrimos a la posibilidad de crecimiento y transformación en niveles más profundos: físico, mental, emocional y espiritual. Nos permitimos ser vulnerables y auténticos, reconociendo que la verdadera práctica del yoga no se trata de alcanzar la perfección externa, sino de nutrir la conexión interna.
En el mat, la próxima vez, invita a recordar este principio de «rendirse en la postura». Permítete soltar el control y entregarte al flujo de la vida. Con cada respiración, cada movimiento, date el regalo de estar plenamente presente y abierto a lo que el momento te ofrece. En esa entrega, descubrirás la verdadera esencia del yoga, experimentando un profundo sentido de paz y conexión contigo mismo y con el universo.
Por Trini Castellanos