Se centra en la relajación profunda y la conexión con el presente a través de la respiración.
- Postura cómoda:
- Se invita a los participantes a encontrar una postura cómoda, ya sea sentados en un cojín, una silla o acostados. Lo importante es que la espalda esté recta y el pecho abierto.
- Relajación inicial:
- Se comienza con respiraciones profundas, relajando el cuerpo y ajustando la postura si es necesario para sentir mayor comodidad.
- Enfoque en la respiración abdominal:
- La práctica se centra en la observación de la respiración, comenzando por notar el movimiento del abdomen al inhalar y exhalar.
- Respiración en tres partes:
- Se realiza una respiración dividida en tres fases: primero llenando el abdomen, luego las costillas y la parte baja del pecho, y finalmente la parte alta del pecho. Se sostiene cada parte por un momento y luego se exhala lentamente.
- Exhalación controlada:
- Después, se realiza una exhalación controlada, vaciando primero la parte alta del pecho, luego las costillas y finalmente el abdomen, repitiendo este ciclo de respiración.
- Ciclo con pausas:
- Se practica un ciclo con pausas tanto al inhalar como al exhalar, llenando el cuerpo de aire de manera gradual, parte por parte, con atención plena.
- Cierre y agradecimiento:
- La clase termina con un momento de quietud, donde se invita a los participantes a sentirse presentes, agradecidos y conectados con el momento. Se cierra con una ligera inclinación de cabeza, honrando la luz interior y agradeciendo la práctica.
Este tipo de práctica de pranayama es muy beneficioso para calmar la mente, reducir el estrés y aumentar la conciencia corporal.